Los días 2 y 3 de marzo tuvo lugar un encuentro de la red Orden de Predicadores en Caleruega (Burgos) al que hemos asistido los responsables del área de Pastoral de cada uno de los centros pertenecientes a la orden dominicana. Hemos tenido la suerte de poder contar con la presencia de Félix Hernández y Marcel Pallejà para seguir profundizando en el carisma que nos define y al que estamos llamados a predicar.

La primera parte del encuentro se fundamentó en hacer un repaso de los pilares que vertebran nuestros centros y que Santo Domingo consideró esenciales para poder evangelizar. Podemos destacar la contemplación y la oración a través de momentos de silencio e interioridad, la compasión y la misericordia, la vida en comunidad compartiendo la misión que nos define, y el estudio y la búsqueda de la verdad, entendiendo la palabra «estudiar» como momento de escucha y de aprender a amar.
Esto lo hicimos a través de dinámicas que nos ayudaron a conocer el monasterio dónde nos alojábamos y al resto de compañeros pertenecientes a otras fundaciones.

Después de la cena compartida celebramos la vigilia, momento especial de reflexión personal, oración e interioridad, en el que paramos nuestros relojes y le dedicamos un tiempo a Dios. A partir de diversos pasajes evangélicos en los que se nos mostraba cómo el encuentro con Dios transforma a las personas, experimentamos este encuentro en primera persona. En un ambiente de silencio y recogimiento fuimos conscientes de que la relación con Dios todo lo cambia y nos impulsa a actuar movidos por el amor.

La segunda parte del encuentro nos invitó a reflexionar sobre la pregunta: ¿Hacia dónde vamos en la pastoral dominicana?, remarcando la importancia de construir una Pastoral en salida y con una mirada de PASIÓN, una mirada atenta a la vida que sea capaz de ver y de escuchar.

A través de una rutina de pensamiento compartimos ideas sobre los rasgos que debe tener un pastoralista, cuáles son nuestros puntos a mejorar, dónde debe estar enraizada una comunidad educativa para construir la Pastoral que queremos, y cómo diseñar una Pastoral que ponga el acento en nuestros compañeros de la comunidad escolar.

Para terminar el encuentro celebramos una Eucaristía de acción de gracias junto con las Hermanas del convento, sintiendo la importancia de seguir ampliando esta red construida por todas aquellas personas que formamos parte de esta gran familia. Una red que nos una mucho más, que sume, que tenga una mirada abierta y compasiva, que busque la VERDAD y actúe. En definitiva, que trastoque la vida de los colegios.

Ha sido un placer compartir estos dos días bebiendo de la fuente de los orígenes del carisma, haciendo más fuertes nuestras raíces y sabiendo que siempre es buen momento para parar, coger aire y comenzar de nuevo. Además, no podemos olvidarnos de lo gratificante que resulta poder reencontrarnos y compartir momentos tan especiales y únicos como este.