Difícil; difícil resumir en solo quince líneas toda la vida compartida en un encuentro convivencia los días 30 y 31 de mayo. Difícil resumir todo el trabajo, la oración, la reflexión, la vivencia, las experiencias de todo un curso, la expectativas, el descubrir ….  Porque eso fue ese encuentro, un reencuentro de familia, de la familia pastoral.

            En estos dos días recordamos y valoramos las actividades del curso, de la campaña “Descúbrete”, compartimos ilusiones y deseos, reflexionamos ( y mucho ) sobre lo pastoral, sobre la interioridad. Analizamos los resultados y las dificultades que han ido surgiendo. Tiempo de trabajo de reflexionar, debatir, redactar, formular, plantear, ….  y soñar.

            Tiempo de sentir, para respirar, para buscar, para oler, ….  Para descubrir a Jesús en los transeúntes de la ciudad, para rezar juntos en la iglesia de las puertas abiertas donde mensajeros de la paz ejercen de eternos samaritanos. Y hasta tiempo para celebrar la alegría del cumpleaños, de imaginarnos , por unos segundos, los champions de Europa.

            Tiempo de com-templ@-acción, para escuchar y ver desde el interior, para experimentar en los pies descalzos la oración, para saber regalar y saber aceptar un regalo, una pulsera, una chapa ….Tiempo para ilusionarnos con un proyecto común, con una apuesta …. arriesgarnos en hacer aquí, ahora, en este momento el Reino, para regalar la vida …. compartiendo.

            A la sombra de Francisco Coll, un nuevo curso a la vista antes de concluir este, un abrazo …. un sueño …  una pasión: ser Anunciata.